En esencia, el proyecto consiste en dotar a los alumnos de unos mandos de respuesta, en un intento de hacer una enseñanza interactiva, en la que el profesor, a lo largo de la clase, solicitará respuestas a las cuestiones colaterales que pudieran surgir en la exposición de cada uno de los temas de la materia, así como las opiniones que les merecen los diferentes planteamientos que el citado profesor establezca

  Recibimos la confirmación de la concesión del proyecto "Aplicación de los mandos de respuesta a las clases teóricas de Propedéutica clínica" a finales de noviembre de 2008 y tuvimos los mandos de respuesta (70) en nuestro poder , prácticamente, a finales del primer cuatrimestre del curso 2008-2009. Habida cuenta de que la asignatura Propedéutica Clínica está incluida en el 2º cuatrimestre de la licenciatura de Veterinaria, decidimos estudiar el sistema durante ese segundo cuatrimestre para familiarizarnos con su uso y poderlo utilizar como experiencia, ya de forma práctica y real, en el primer cuatrimestre del curso 2009-2010 en la asignatura Patología General, en la que el responsable del proyecto se encarga de impartir los seminarios de Biopatología Clínica. Adquirida la correspondiente experiencia comenzaríamos a utilizar el sistema en la asignatura a la que iba dirigido, la citada Propedéutica clínica

  Durante este período, y habida cuenta de que en las condiciones de la concesión del proyecto se señalaba el hecho de "posibiltar también otros usos", los profesores Manuel Gascón y José Gómez coresponsables de una asignatura clínica compartida por las unidades de Patología General y Cirugía del Departamento de Patología Animal, se prestaron a poner en práctica la utilización de los educlick en la citada asignatura, con los alumnos de 5º curso de la licenciatura. Los profesores Gascón y Gómez llevaron a cabo la experiencia de forma parcial, sin sacar todo el rendimiento al sistema, dado que el número de mandos de respuesta era 70 y el de alumnos más de 150. Cada uno de los mandos era compartido por dos alumnos y en ningún caso se utilizaron como un sistema de calificación, sino más bien como medida aproximada del nivel de conocimientos de los (pares) alumnos. Esta circunstancia permitía no dedicar excesivo tiempo al reparto de los mandos ya que no eran individualizados y tampoco se tenía en cuenta que cada par de alumnos tuviera el mismo mando todos los días. Tampoco existía la exigencia de contestar, por lo que el nivel de participación rondaba del 80%. Si la pareja de alumnos desconocía la respuesta, simplemente, no contestaba