Para el entendimiento de los procesos fisiológicos se requiere la realización de prácticas que conlleven la aplicación de los conocimientos teóricos adquiridos. De esta manera, los alumnos adquieren las competencias necesarias para comprender mejor las funciones biológicas. Una de las funciones más importantes de los ojos es posicionarse correctamente sobre un objeto para que la imagen se proyecte en el área de máxima agudeza visual de la retina: la fovea. El control muscular de los movimientos de los ojos permite mantener la imagen en la fóvea independientemente de si el objeto está quieto o en movimiento. Para la fijación de un objeto en un campo visual, sin mover la cabeza, existen mecanismos de fijación voluntaria e involuntaria. Esta última, requiere de una serie de movimientos oculares que pueden ser de diferentes tipos. Los movimientos pueden ser medidos mediante un electrooculograma que registra los cambios en el voltaje que ocurren con la posición del ojo. Eléctricamente, el ojo es una “batería” esférica, con su parte positiva en la cornea y la negativa detrás de la retina. Colocando electrodos en cualquier lado del ojo, se puede medir los cambios de potencial cuando la córnea se mueve más cerca o más lejos de los electrodos de registro.

La retina del ojo humano dispone de una región especializada denominada fóvea en la que la agudeza visual es máxima. Los movimientos oculares tienen como sentido biológico tratar de desplazar el ojo para proyectar la imagen de un objeto, de interés para el sujeto, sobre dicha región con una definición máxima. El control muscular de los movimientos de los ojos permite mantener la imagen en la fóvea independientemente de si el objeto está quieto o en movimiento. Existen mecanismos voluntarios e involuntarios para fijar un objeto en un campo visual, definido como el campo de vista sin mover la cabeza. Los mecanismos voluntarios  son usados para seleccionar objetos en un campo, y una vez seleccionados, el cerebro trabaja y produce una fijación involuntaria que permite mantener el objeto seleccionado en dicho campo. Aunque nos fijemos en un objeto que está quieto, nuestros ojos no están inmóviles y presentan pequeños movimientos involuntarios entre los que se encunetran los movimientos de golpeteo (microsacádicos) que permiten proyecatr la imagen en la fóvea de forma continuada. Cuando el objeto está en movimiento, se producen movimientos lentos mayores o movimientos de seguimiento involuntarios. Cuando nuestros ojos dirigen su atención sobre un texto, como es el caso de la lectura, o un punto con desplazamiento angular, el tipo de movimentos observados son voluntarios, rápidos y se llaman movimientos sacádicos. El objetivo del presente proyecto ha sido determinar los distintos tipos de movimientos de los ojos mediante una técnica electrooculográfica. El electrooculograma (EOG) registra los cambios de voltaje que ocurren con la posición del ojo. La esfera ocular es, desde el punto de vista eléctrico, un dipolo con su parte positiva en la córnea y la negativa detrás de la retina. El diseño experimental lo realizamos mediante la colocación de electrodos alrededor de los ojos del alumno. Estos electrodos se conectan mediante cables a una unidad de adquisición de datos BIOPAC (MP30) con un programa informático específico.

Los resultados obtenidos se han analizado y discutido, al finalizar la sesión práctica, siguiendo las indicaciones del programa informático BIOPAC. Asimismo, el profesor ha formulado a los alumnos una serie de preguntas con el fin de constatar el grado de adquisición de conocimientos relacionados con el tema. La evaluación del aprendizaje se ha realizado con la puesta en común y discusión de los resultados. Se ha evaluado al alumno individualmente teniendo en cuenta su aportación en la discusión final de los rsultados. El grado de aceptación de la actividad se ha hecho valorando la consecución de los objetivos inicialmente planteados y ha resultado altamente positiva.